
Las Hadas.
Astutas y vulnerables. Delicadas. Deliciosas
Los Dragones.
Fuertes y protectores. Todo bondad bajo tan pesado cuerpo.
Un placer cobijarse bajo sus alas y sentir el calor de su aliento.
Adentrarse en este Reino onírico supone difuminar la linea que separa Realidad de Imaginación, pero ¿qué más da? Lo importante no es la Realidad, lo importante es la manera en la que cada uno la vive y hace suya.