martes, 16 de septiembre de 2008

¿Y quién sería yo sin mis miedos...?

"From the Ashes". James Jean

¿Y a qué le tengo miedo?

Me da miedo la vida y me da miedo la muerte, porque no querer morir es no querer vivir. Y tanto lucho por vivir que al final, agoto la vida y la vida me agota.

Me da miedo el qué dirán. No ser perfecta, cometer errores y tener que pagar por ellos.

Me da miedo equivocarme, decidir demasiado rápido o que las decisiones se pudran con tanta espera. Dudar constantemente y terminar pensando siempre que no hice lo correcto.

Me da miedo estancarme, quedarme paralizada viendo pasar mi vida, nutrirme por fotosíntesis.

Me dan miedo el mañana y el ayer. Desconocer el futuro y volver una y otra vez al pasado. No avanzar por estar rodeada de puertas que me lo impiden y cuyo pomo no me atrevo a tocar.

Me da miedo mirarme y no conocerme. Saber que me miento y engaño y hasta me lo creo.

Me da miedo ser dependiente. Dejar de ser yo y convertirme en la sombra de otro.

Me da miedo crecer y no ser ya una niña, la niña de alguien. Ser quien consuela en vez de ser consolada y tener que enfrentarme a todo aquello que siempre vi tan lejano...

Me da miedo fracasar y caerme... porque no sé si me sabré levantar.

Me da miedo el tiempo y sus estragos en mi cuerpo. Me aterra la decrepitud.

Me da miedo saber que se cumplen mis deseos, porque soy ambiciosa y desear, deseo.

Me dan miedo la soledad y la pérdida... porque no sé vivir sin compartir y para compartir necesito al otro.

Me da miedo dormir... pero también despertar.

Así es que me temo, que aún le tengo miedo al miedo.


14 comentarios:

Diego dijo...

¿Quién serías sin tus miedos? Viendo este catálogo asfixiante (que la mayoría compartimos, aunque miremos para otro lado), probablemente fueras muy poco o nada. Siendo así, quizá tu miedo mayor debería ser el miedo a no tener miedo.
Entre todos los que has enumerado, uno en particular me dio escalofríos: "Me da miedo mirarme y no conocerme". Un abrazo.

Ameliepinup dijo...

Suscribo casi todo lo que dices Miss, si alguien no tiene miedo apartate de él, no es persona porque no necesitará de los demás.
Si algo bueno tiene el miedo es que nos obliga a tomar decisiones, tener cuidado con lo que nos puede hacer daño y buscar puntos de apoyo.
Un besito!!
(lindo blog, personal y suave)

doctora queen dijo...

Aquí una miedosa más...

Y yo digo: no es más valiente quien no tiene miedo sino quien se enfrenta a sus miedos.

Una lectura aconsejable sobre el tema: Anatomía del miedo, José Antonio Marina

un abrazo

Anónimo dijo...

Casi todos tenemos miedos. Sólo un hombre sin esperanza es un hombre sin miedo.

Sin tus miedos no serías tú. Pero esos miedos no deben ser capaces de bloquearte ni de impedirte disfrutar de lo que tienes. No hacer nada por miedo a cometer un error es ya un error...

Myriam M dijo...

Una vez en un taller literario conocí a un hombre que decía no tener miedo a nada... su mirada era terrible

Coincido con mi hermana la doctora, cada miedo es un reto a superar...

Yo tengo unos cuantos en el petate, y a algunos les tengo tanto cariño.

Un saludo,

Lilith

Therfer dijo...

Es la primera vez que entro en este blog y me he asustado... :-)

Felicidades por no tener miedo a comunicar.

un abrazo

Anónimo dijo...

No hay vida sin miedo.
El tránsito de los días se realiza entre la sorpresa y la lágrima.
El ser humano está fabricado con el barro de la incertidumbre.
Mas, a pesar de todo, vivimos con la valentía necesaria para no desfallecer al primer golpe de tristeza.
Un abrazo y mi admiración.

Anónimo dijo...

Coincido con algunos de tus miedos...pero como te han dicho ya, debemos verlos como retos que nos harán crecer.

Diego dijo...

Me pregunto si nuestro llanto al nacer es el miedo a la vida que nos espera. ¿Será que nacemos con miedo? Otro abrazo.

Miss Morpheus dijo...

Diego: Imagino que no tener miedo equivale a estar muerto, aunque respires y camines. Y traducir mis miedos a letras es una manera de recordarme que me queda mucho trabajo por delante.
Algunos días evito los espejos...
Un abrazo.

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Ameliepinup: Yo necesito de los demás...
Trataré de no olvidar por qué es necesario el miedo. De hecho, creo que lo anotaré en mi libreta para tenerlo siempre a mano. Gracias por recordármelo.
Otro beso para ti!

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Doctora Queen: En eso estoy... con precauciones y escudos, pero tratando de vencer al enemigo.
He tenido en la mano ese libro un par de veces, pero me eché para atrás porque me decepcionó "La magia de leer". No obstante, y fiándome de tu criterio, lo leeré. Gracias por esta nueva recomendación.
Un abrazo.

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Phantomas: Como siempre, sabias palabras... No me falta ilusión y nunca pierdo la esperanza. Sólo me queda aceptar, que el error cometido al tomar una decisión es menor error que haberme quedado parada.
Un fuerte abrazo.

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Lilith: Nunca quisiera tener que enfrentarme con una de esas miradas... y menos, que esa mirada fuera la mia.
Tomaré ejemplo y los mimaré... a ver si ya que hemos de convivir, al menos, nos cogemos cariño.
Un abrazo.

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Therfer: no es mi intención asustar a nadie. Espero que se debiera únicamente a la lectura de este post.
Y no, la verdad es que abrirme y expresar no es algo a lo que tema. Peor es encerrarme en mi misma y permitir que el miedo me consuma.
Un abrazo y encantada de que hayas pasado por aquí (ya dejé constancia, en algún comentario del blog de La Maga, de lo interesantes que me resultaron siempre tus opiniones)
Un abrazo.

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Sacra: preciosas palabras a las que sacaré mucho jugo. Sorpresa, lágrima, valentía, tristeza, incertidumbre... al final, señales de que estamos vivos... Y el barro... material facilmente moldeable. Gracias.
Un abrazo.

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Bruja de pelo malva: Creo que empezaré por el miedo a quedarme paralizada... Quiero crecer y crecer y crecer...
Un abrazo.

Miss Morpheus dijo...

Pienso, Diego, que nacemos echándole un par de “pulmones” al mundo. Sin miedo. Hasta el momento en el que nos damos cuenta de la relación única e insustituible que nos une a nuestra madre (o figura de apego). De pronto, dejamos de vernos como una unidad (madre-bebé) y nos damos cuenta de la existencia de esa relación: hay un Tú y hay un Yo. Y surge el miedo... Miedo a los extraños por miedo a perder nuestro mayor objeto de deseo, la fuente de nuestros placeres.
Y ese va a ser un miedo que nos acompañará toda la vida y que resurgirá cada vez que establezcamos una relación amorosa. El saber que existen terceros que podrían entrometerse en esa relación y conducirnos a la pérdida del otro, o que las relaciones evolucionan y ya nunca vuelven a ser lo que fueron, a mi parecer, es uno de los mayores miedos del ser humano; quizá porque nos llegó ya nacidos y no basta una vida para asumirlo.
Un abrazo.

Arcángel Mirón dijo...

Un paso importante es reconocer los miedos. Mirarlos de frente. Como acabás de hacer.

Anónimo dijo...

¡Qué bueno! Me gusta esta entrada; esos miedos que se contradicen, esos miedos inevitables.

No parece que te estanques, ni que no te atrevas a tocar el pomo de una puerta cerrada.

A mi también me mucho miedo ser dependiente.

Voy a seguir dando una vuelta por tu reino onírico; te invito al mío, si te apectece.

Un beso

Miss Morpheus dijo...

Arcángel: el caso es que los miro de frente y me siento como David... pequeñita y con pocas armas para luchar contra ellos.
Un abrazo.

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Reina: hasta para tener miedos somos contradictorios. Me estanco por épocas... y creo que esta es una buena etapa.
Un beso.

P.D: con tu permiso me cuelo en tu blog, aunque sea "Muy personal"