viernes, 6 de marzo de 2009

6 de marzo vs 13 de diciembre, y tú con tu abrigo rojo


A veces me sorprendes. Creo conocerte pero nunca llego a entenderte. Trato de asomarme a ese complicado mundo, tu mundo... bucear en él... Pero igual da. A pesar de los esfuerzos siempre termino flotando.

Hora punta. Caras de disconformidad, preocupación, tedio, sueño... Y tú con tu abrigo rojo, mirada al frente y pequeños pasos que no pasan desapercibidos. Respiras hondo tratando de controlar la marea de emociones que se adueñan de tu pecho. Paras en un semáforo, miras a tu alrededor y por un momento te das cuenta de que no estás sola, de que unas cuantas personas te rodean. Sales de tu ensimismamiento, explotan los sonidos a tu alrededor y piensas: “no sabemos nada los unos de los otros e imaginar de qué poco sirve: en el 90% de los casos nos equivocaríamos” Te veo mirar al cielo y tu expresión cambia. Hoy es un día complicado. Mucho. Pero a ti no se te ocurre otra cosa que pensar que es un día precioso para hacer lo que te dispones a hacer -frío y sol, la combinación perfecta- a pesar de que en unos minutos vas a cerrar un ciclo, tendrás que verle y será una fecha que nunca anotarás en un calendario pero que recordarás siempre... E inevitablemente enlazarás pensamientos y recordarás aquel 13 de diciembre en el que desde la ventanilla del coche sonreíste a aquella niña que, pegando la nariz al cristal y soñando con ser algún día también princesa, te saludó efusivamente mientras agarraba nerviosa la ropa de su madre. Pasarán los años, tu vida ya será otra vida, pero en algún momento a lo largo del día los recuerdos te asaltarán por sorpresa y recordarás que vuelve a ser 6 de marzo, como aquel soleado día...

Hoy el gozo pisa tu pena porque anoche se te encogió el alma. Tu hermana te llamó y la contestaste serena, en tu línea últimamente, pero al colgar las manos te temblaban tanto que tuviste que apoyarlas sobre tus rodillas. Porque sí, porque eres así, porque lo intentas pero hay situaciones que te superan, hay personas que son tan tuyas que no concibes que algún día puedan no estar a tu lado... Y es que el miedo es un cabrón y se encarga de recordártelo.

Y ahora te veo sentada en esa silla. Le coges la mano y se la besas tratando de evitar la incómoda vía. Apoyas tu cabeza sobre ella y todo lo demás deja de ser importante... Porque orgulloso lucía a tu lado aquella tarde de diciembre en que una niña soñó con ser tú algún día, y orgulloso te besó esta mañana cuando apareciste por esa puerta con la mejor de tus sonrisas, contenta a pesar de acabar de firmar una sentencia de vida que hace meses te pareció de muerte... Porque estás a su lado y eso es suficiente, además de que te hace reír como nadie con esas cosas que son tan suyas.


Imagen: fotograma de la película "La Lista de Schindler"

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Te leo luego...pero decirte que en mi casa hay algo para tí, corre, a qué esperas...ven a buscarlo :-)

Anónimo dijo...

Sobrecogedor... la vida es eso una hola y un adiós. Hace algunos días, dimos y nos dio la bienvenida Martina, y ahora toca decir adiós a alguien también querido. No es fácil, duele, pero estamos de paso...

Anónimo dijo...

Sobrecogedor... la vida es eso una hola y un adiós. Hace algunos días, dimos y nos dio la bienvenida Martina, y ahora toca decir adiós a alguien también querido. No es fácil, duele, pero estamos de paso...

Miss Morpheus dijo...

Bruja de pelo malva: gracias a Dios Martina puede seguir durmiendo plácidamente bajo la atenta mirada de su achacoso abuelo. Y que sea así por muchos años.

Besos.

Diego dijo...

Caras que llegan, caras que se van, y no siempre tener el poder de decidir cuáles se quedan, cuáles no.
La segunda persona siempre me gustó en los relatos. El primer párrafo me parece inmejorable.
Recuerdo a la niña de la imagen. Cuando caminaba distinguiendo su color entre todos, pero también cuando dejó de caminar. Un abrazo.

Anónimo dijo...

¡Por muchos años!
Y que los compartamos :-)

Miss Morpheus dijo...

Diego: si tuvierámos ese poder nos aferraríamos a lo conocido y nos resguardaríamos en una burbuja, que si bien nos haría sentir seguros, nos privaría de la magia de conocer a personas que influirán en nuestras vidas y hasta podrán llegar a cambiarlas.

Es valiente pasearse con un abrigo rojo cuando miras alrededor y no encuentras más que amenazas, ¿no crees?

Un abrazo.

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Bruja de Pelo Malva: ¡Sea!

Un beso enorme.