lunes, 22 de diciembre de 2008

Martina

Martina a las 8 horas de nacer

- Mira hacia abajo y tira de ella- le dijo la matrona. Se incorporó ansiosa y buscó a Martina para poder tocarla al fin. Ambas estabas exhaustas, pero no por ello ese bebé que aún tenía las vías respiratorias taponadas y cuyo cuerpo continuaba unido al de su madre por el cordón umbilical, dejó de hacer esfuerzos por abrir sus castaños ojos y poder ver la cara de su MADRE.

Una primera mirada que las vinculó de inmediato convirtiéndolas en UNA.

Decidió abrir los ojos al mundo un soleado 21 de Diciembre. Un día luminoso de estos que invitan a sentarse en un banco, mirar al cielo, respirar y dar gracias sin más... Algo que hicimos su padre y sus dos tías cuando salimos un rato del hospital.

En este caso dimos las gracias por una nueva vida que ha llegado para llenarnos de ilusión... porque Martina, tan pequeña, tan indefensa y tan ausente de todo cuanto acontece a su alrededor, ha sabido nacer en el momento adecuado.

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Si es que... es un ratoncito...