domingo, 10 de enero de 2010

La Mecánica del Corazón

Benjamin Lacombe

Nunca se puede identificar cuál fue el día. Ni la semana. Quizá sí el mes... Pero lo cierto es que te vas dando cuenta de que el mundo ha cambiado a tu alrededor. La laxitud de tus párpados va dando paso a una mirada clara y brillante que los demás perciben. Te miran de otra manera. Sonríen... Y te encuentras riéndote a carcajadas, con una energía que no aciertas a descubrir de donde sale, rodeada de gente a quien apenas habías mirado en mucho tiempo y que te echaba de menos o te pregunta de dónde has salido... porque no dan crédito a la mutación que has experimentado.

Luz, luz y más luz. Luz que emana de otros y que te alcanza con tanta fuerza que sientes como tu cuerpo se estremece. Agitación pausada que te va marcando el ritmo sin necesidad de esa mano que antes te empujaba.

Marioneta sin hilos...

Y todo eso estaba ahí. Nada ha cambiado en esencia. Simplemente me esperaba paciente dándome tiempo a que estuviera preparada para poder verlo.